Desde muy pequeña, sentí fascinación por el mundo que estaba más allá de mis cuatro paredes. Recuerdo que con 11 años hicieron un intercambio con niños franceses en el colegio y rogué a mi padre que me dejara ir, pero por aquel entonces, sin tantos medios tecnológicos y sin un mundo tan globalizado, era complicado vivir experiencias como esas a una edad tan temprana.
Escribir comentario